Normalmente, el sentido común no es el más común de...

Normalmente, el sentido común no es el más común de los sentidos. Ciertas inquinas hacen perderlo. Siempre digo que hay que dejar tranquila la vara de medir, pues en la misma medida que midamos así seremos medidos.

La gravedad del aborto es truncar la obra de Dios con una actuación aberrante, que no cometen ni las mismas bestias. Ese truncamiento consiste en que el ser, en el otro plano de existencia, el real, planifica el programa a desarrollar en la próxima existencia, para lo que elige lugar de nacimiento, padres, familia, amigos, trabajo, hechos y pruebas a pasar, para seguir progresando en el camino evolutivo. Cuando llega el momento, se introduce en el seno materno elegido con anticipación. Desdichadamente, una o varias mentes asesinas deciden acabar con su proceso generativo y su frustración es terrible. El acto criminal le obligará a volver al lugar de donde vino y tener que volver a planificar un nuevo programa. Así es cómo se interfiere negativamente en la Obra divina y se interrumpe cínicamente el plan procreativo que conduce a perpetuar una especie de una de las células del Cuerpo Macrocósmico, al que llamamos Dios.

¿Cómo no comprender que esa actuación homicida en grado máximo merezca un justo y tremendo castigo? Alerta, pues, ya que muchos son los infanticidas.