He ahí mi colaboración
"Quieta, anclada en su silla de ruedas, la anciana seguía las evoluciones de aquella niña, de dos años y medio, jinete sobre un elemental juguete con ruedas; avanzaba apalancando los pies en el suelo y moviéndolos con agilidad y fuerzas impropias de su edad".
" ¿Te llamas...?" - "Valeria", respondió la niña. - " ¿Echamos una carrera?".
"-Vale" respondió la invitada. Y se pusieron con sus carrucos en línea de salida la tullida dama y la sonrosada niña.
"Cuento hasta tres, y salimos". "Vale", volvió a repetir la niña.
Allá se fueron disparadas por la senda ancha del jardín, en aquella residencia
para personas impedidas. La niña estaba de visita. Venció Valeria. Le anunció a su competidora: "Le diré a mi mamá que te he ganado". " ¿No te da pena que yo haya perdido". "No; no me da niunguna pena" dijo, Valeria...
(Pedro Morales Moya. Autor de "Al aire libre". Cuentos alaveses.)
"Quieta, anclada en su silla de ruedas, la anciana seguía las evoluciones de aquella niña, de dos años y medio, jinete sobre un elemental juguete con ruedas; avanzaba apalancando los pies en el suelo y moviéndolos con agilidad y fuerzas impropias de su edad".
" ¿Te llamas...?" - "Valeria", respondió la niña. - " ¿Echamos una carrera?".
"-Vale" respondió la invitada. Y se pusieron con sus carrucos en línea de salida la tullida dama y la sonrosada niña.
"Cuento hasta tres, y salimos". "Vale", volvió a repetir la niña.
Allá se fueron disparadas por la senda ancha del jardín, en aquella residencia
para personas impedidas. La niña estaba de visita. Venció Valeria. Le anunció a su competidora: "Le diré a mi mamá que te he ganado". " ¿No te da pena que yo haya perdido". "No; no me da niunguna pena" dijo, Valeria...
(Pedro Morales Moya. Autor de "Al aire libre". Cuentos alaveses.)