A MIGUEL HERNÁNDEZ...

A MIGUEL HERNÁNDEZ

Cuando de zagalillo campaba
por los montes y riveras,
como inquieto pajarillo
que vuela por las praderas.

Daba fin a su jornada,
raudo rebuscaba en lo impreso,
cogiendo el camino que emerge
con vigor de halcón al viento.

¡Cómo se elevaba su alma!
Con su porvenir anclado,
y le fluían las sonrisas
cual manantial derramado.

Libros que le inspiraban,
libros que le inspiraron,
mientras cadenas devoran
al poeta encadenado.

Su alma la siento herida
y su cuerpo devorado,
vio la luz en Orihuela
y en Alicante olvidado.

Pero su pluma voraz
ceñida por firme mano,
en pulcro folio deslizaba
recordando al hijo amado.

Amores dejaba en su pluma,
amores labraban sus manos,
su pluma gritaba por él,
sus letras, siguen gritando.

No curaron sus heridas,
ni aires nuevos llegaron,
esperanza en su agonía,
la guerra se ha terminado.

Saludos
Estrella
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
me habiá pasado desapercibido tal vez pon haber vivido estos días algunas emociones. Precioso.