AQUEL PUEBLO EN EL VALLE
Comentaban que los vientos del norte eran heladores, y que muchas personas bebían bebidas alcohólicas para matar sus problemas, era un pueblo con algún cacique y personas de todas clases, además tenían el problema añadido de los suicidios, era raro el que cada poco tiempo alguien no se suicidara, unas veces por problemas de salud, y otras simplemente por tener que usar la insulina para la diabetis inyectada, Se pensaba en aquel valle que todo tenía su causa, pero hubo suicidios sin entender el motivo, se comentaba que los días de viento del este, las mentes dudaban, todo era un pronostico sin saber de cierto lo que allí ocurría, cualquier método valía para quitarse del medio, sin dar explicación alguna, las personas mayores en sus corrillos de comentarios, cada cual decía su opinión, y al final todos decían, “Nadie estamos libres de acortar nuestro camino, y aun menos cuando el futuro es un destino poco alegre y bondadoso”. Daba lo mismo si tenía una crisis económica, si su futuro matrimonio era un sufrir a diario, si su salud rengueaba, cada cual veía el motivo normal, no se le podía acusar de quitarse del medio a nadie, el medico del pueblo en un viaja a la ciudad comentó, este pueblo tiene el mismo número de alcohólicos por cada cien habitantes que Rusia, son el siete por ciento usuarios de bebidas alcohólicas, y conocen el síndrome del delirio tremen, que muchos de ellos por las mañanas toman aguardiente de orujo o coñac, para calmar al demonio que se les echa encima. Luego durante el día siguen bebiendo sin miedo a estar alcohólicos, Nadie sabía el motivo ni la causa, los bien pensados decían que se había heredado de sus antepasados, más la realidad quedaba sin poderse aclarar, solamente un pueblo en Gerona superaba a este pueblo en dicha causa, nadie lo llevaba a gala, ni presumía de que en su familia hubiera habido un familiar que hubiera hecho semejante acto, La muerte para algunas personas era un consuelo, y el tener la salud dañada era una condena, que les llevaba al huir de esta vida. G X Cantalapiedra.
Comentaban que los vientos del norte eran heladores, y que muchas personas bebían bebidas alcohólicas para matar sus problemas, era un pueblo con algún cacique y personas de todas clases, además tenían el problema añadido de los suicidios, era raro el que cada poco tiempo alguien no se suicidara, unas veces por problemas de salud, y otras simplemente por tener que usar la insulina para la diabetis inyectada, Se pensaba en aquel valle que todo tenía su causa, pero hubo suicidios sin entender el motivo, se comentaba que los días de viento del este, las mentes dudaban, todo era un pronostico sin saber de cierto lo que allí ocurría, cualquier método valía para quitarse del medio, sin dar explicación alguna, las personas mayores en sus corrillos de comentarios, cada cual decía su opinión, y al final todos decían, “Nadie estamos libres de acortar nuestro camino, y aun menos cuando el futuro es un destino poco alegre y bondadoso”. Daba lo mismo si tenía una crisis económica, si su futuro matrimonio era un sufrir a diario, si su salud rengueaba, cada cual veía el motivo normal, no se le podía acusar de quitarse del medio a nadie, el medico del pueblo en un viaja a la ciudad comentó, este pueblo tiene el mismo número de alcohólicos por cada cien habitantes que Rusia, son el siete por ciento usuarios de bebidas alcohólicas, y conocen el síndrome del delirio tremen, que muchos de ellos por las mañanas toman aguardiente de orujo o coñac, para calmar al demonio que se les echa encima. Luego durante el día siguen bebiendo sin miedo a estar alcohólicos, Nadie sabía el motivo ni la causa, los bien pensados decían que se había heredado de sus antepasados, más la realidad quedaba sin poderse aclarar, solamente un pueblo en Gerona superaba a este pueblo en dicha causa, nadie lo llevaba a gala, ni presumía de que en su familia hubiera habido un familiar que hubiera hecho semejante acto, La muerte para algunas personas era un consuelo, y el tener la salud dañada era una condena, que les llevaba al huir de esta vida. G X Cantalapiedra.