Tu primer párrafo supone un verdadero halago para mí,...

Tu primer párrafo supone un verdadero halago para mí, convencido de lo difícil que es obtener tus lisonjas. Algo vamos avanzando.
A continuación aseguras que se puede demostrar lo que existe, pero no lo que no existe. Con esa forma de pensar limitas hasta la misma Ciencia, haciéndola incapaz de progresos futuros, que existen aunque ahora no se vean. Hasta hoy, rechazabas seguramente la idea de que podía superarse la velocidad de la luz. Pero, han aparecido los neutrinos, que antes no existían. Todo está en función de determinada inteligencia. La inteligencia pertenece a la esencia misma de Dios, si es que Dios tiene una esencia, cosa que sólo Él puede saber exactamente y no está separada de su naturaleza, sino que está unida a Él como la luz al Sol. Esta Inteligencia es el Dios que está en nosotros. Descubriendo su esplendor a las almas que gobierna, lucha contra sus tendencias, del mismo modo que un buen médico utiliza el fuego y el hierro para combatir las enfermedades y sanar el cuerpo. La gran enfermedad del Alma es su alejamiento de Dios. Es el error que arrastra todos los males, sin ningún bien. Contra este desbordamiento del mal, Dios ha puesto un dique, un freno, que es la LEY.
Tú no concibes a Dios, porque dominado por ideas erróneas e inducidas has apartado desdichadamente tus pensamientos de Él y los has aplicado al mundo entero. Tiempo perdido. Si tú no puedes dirigir tu atención hacia Dios, tú no puedes comprenderlo.
El semejante comprende a su semejante. Acreciéntate de una grandeza inmensa, sobrepasa todos los cuerpos, atraviesa todos los tiempos, vuélvete eternidad y tú comprenderás a Dios. Nadie te impide suponerte inmortal, conocedor de todo, de las artes, de las ciencias, de todas las costumbres. Elévate por encima de todas las alturas, desciende por debajo de todos los abismos. Reúne en tí todas las sensaciones de las cosas creadas: del agua, del fuego, de la sequía, de la humedad. Supón estar, al mismo tiempo, en todas partes sobre la tierra, en el mar, en el cielo, no haber nacido nunca, de ser todavía un embrión, de ser joven, viejo, estar muerto, más allá de la muerte.
Dios es Justo, Ferisa. Tienes, por lo tanto, conocimiento y plena consciencia de cuanto te digo, porque es verdad. Es necesario asimilarlo, si quieres liberarte definitivamente de la granza que te cerca y te atormenta. Debes esforzarte para ser "a su imagen y semejanza", ha sido dicho y escrito.
Si aceptas la gracia del Señor para poder ser liberado de las tentaciones y aliviado de las tribulaciones que los errores te procurarán, en este tiempo de preponderancia infernal, sé digno y da gracias por el bien que, benignamente, te ha concedido, con un acto de tu buena voluntad de no recaer en los errores. Ha sido dicho: "Errar es humano, perseverar en el error es diabólico". No seas diabólico, sino manso, bueno, perseverante a los deseos del Altísimo. Entonces, si así fueras, podrás ser como Él es: JUSTO.
Ten Paz en tu corazón.