Una residente, el año pasado, me decía que estaba contenta de estar en un centro de mayores pues sus hijos la querían mucho y casi todos los días la visitaban.
Y ella me dijo:
"Haz felices a los demás aunque tengas que llorar"
Le dediqué un poema que había escrito tiempo atrás a una profesora que tenía su mismo nombre porque ella también fue profesora. Y le gustó tanto que se la fue enseñando a todos sus hijos. "Me la ha dedicado la recepcionista, les decía. "
Y ella me dijo:
"Haz felices a los demás aunque tengas que llorar"
Le dediqué un poema que había escrito tiempo atrás a una profesora que tenía su mismo nombre porque ella también fue profesora. Y le gustó tanto que se la fue enseñando a todos sus hijos. "Me la ha dedicado la recepcionista, les decía. "
Cuando esta señora me dijo esta frase, añadí otra para completarla.
"Y tus lágrimas serán más valiosas que los diamantes o las perlas preciosas".
Y más sabiendo que algunas veces hay gente que no puede llorar aunque le sucedan desgracias, o que llegado el caso se les acabaron pues derramaron todas de golpe.
"Y tus lágrimas serán más valiosas que los diamantes o las perlas preciosas".
Y más sabiendo que algunas veces hay gente que no puede llorar aunque le sucedan desgracias, o que llegado el caso se les acabaron pues derramaron todas de golpe.