AQUEL HOMBRE SE MORIA...

AQUEL HOMBRE SE MORIA
En sus ojos vi esperanza, aunque de viejo moría, sus palabras de templanza eran pura sintonía, La muerte vino a buscarle cerca de aquel medio día, yo solo quise alegrarle por ver lo que me decía. A veces me fue contando historias que yo sabía, en sus ojos fui notando cuando llega la agonía. Con una gran fortaleza dijo que se despedía, su corazón se paraba sin comentar fantasía. Era un hombre muy marcado, por pasajes de su vida, la cárcel no la ocultaba y en ella mucho aprendía. La soledad de la muerte dice que le sorprendía, en su vida tuvo suerte y soporto la agonía. Me quede solo pensando, la muerte viene con prisa, su corazón fue temblando entre aquella suave brisa. Al despedirme me dijo, “no tengo miedo ni prisa, el futuro yo le elijo y recuerda mi sonrisa. Entre signos de cordura el hombre se despedía, nunca demostró locura ni comentó su agonía. Solo el silencio brillaba entre las brisas perdidas, su mujer a la que amaba le lloró su despedida. Cuando la vida se acaba si la tienes bien vivida, el recuerdo se te clava de alguna guerra perdida. Aquel hombre me marcaba al verle en su despedida, su conciencia que le hablaba no dejo pena perdida. Maldijo todas las guerras, y la cárcel de salida, las penas cuando se entierran buscan vivir otra vida. Aquel hombre le recuerdo, ahora que pasa la vida, pensando que estuvo cuerdo al llegar su despedida. Las palabras no se borran, pueden quitar las locuras, quizá los misterios corran entre gestos de diabluras. G X Cantalapiedra. 13 – 10 – 2022.