LA FUENTE DE LA VIDA, La Poesía

LA FUENTE DE LA VIDA

Dejad que descanse amigo
mi espalda en vuestra pared,
después seguiré el camino
donde fuere menester.

Hay personas en el mundo
que solo calman su sed,
cuando le coges las manos
con el calor que le des.

Yo siempre voy buscando
esa fuente de la vida,
para que calme mi sed
y me cure las heridas.

Dejad que por el camino
yo peregrine también,
quiero ayudar a cualquiera
y así, me ayudo a la vez.

Tengo las manos vacías
por eso quiero llenarlas,
con ese calor humano
que a todos nos hace falta.

Si por los vientos que corren
esa fuente se secara,
cabaré hondo, muy hondo,
hasta poder encontrarla.

Manos que solo esperan
el calor que se les dé,
¡yo os ofrezco las mías
para calmar esa sed!
Pa. Sa. Ma.