SIN VOLAR COMO LAS AVES

¡Quien hubiese tal ventura,
como las aves volar!
para acompañarte siempre
por la senda dónde vas.

Mis ojos no queden ciegos
Dios me libre de ese mal,
que los peligros del mundo
yo los sabré sortear.

Sin volar como las aves
Dios me concedió otro don,
que mi pensamiento vuele
sin trabas ni condición.

Para estar siempre contigo
donde quieras que tú estés,
iré por riscos y valles
y a nada le temeré.

Y si un día en tú presencia
yo me pudiera encontrar,
contemplando tú hermosura
será mi felicidad.

Aspirando a tú cariño
yo mi amor te mostraré,
aun sin tener que decirlo,
los ojos hablan también.

Y si por ventura fuere
que a mi amor correspondieras,
mi sueño se habrá cumplido,
¡siempre será primavera!
Pa. Sa. Ma.