POBRE PEREGRINO
Desorientado y confuso
iba el pobre peregrino,
tropezando a cada paso
con las piedras del camino.

Descargando su mochila
y apoyando su cayado,
echa la vista hacia atrás
viendo lo que ha caminado.

Levanta la vista al cielo
con los ojos empañados
pidiendo misericordia
y perdón por sus pecados.

A Dios le pide clemencia,
y que le conceda fuerzas,
para llegar a Santiago
cumpliendo su penitencia.

Pues renegó de los cielos
porque le había quitado,
aquél ser maravilloso
a quien tanto había amado.

Hoy triste y arrepentido
quiere pedirle perdón,
y cuando llegue a Santiago
que le dé su bendición.
Pa. Sa. Ma.