Llamando al hijo, La Poesía

Llamando al hijo

Cuando tu me llamas
todos los pájaros cantan;
la mar y sus caracolas
al corazon lo levantan.

Cuando tú me llamas
el cuerpo se sobresalta:
que es un romero sin sed
y no necesita el agua.

Cuando tú no me llamas
la vida se me desgana.
Se convierte en un erial
que ya no produce nada.