Sí dejarás un día de quererme...

Sí dejarás un día de quererme
¡que soledad infinita
en lo más hondo que en el alma tienes!
Romperías el cristal- ¡tan leve!-
donde yo fuí dejando gota a gota
este mar que me ahoga y te sostiene.
Sentirías un vacío doliente;
la presencia constante del frío de una ausencia
que llorarías siempre.
No. Tú no puedes dejar de quererme.
Están abrazadas nuestras vidas de tal suerte,
que si forzaras la mía a separarse
se llevaría, con ella, la tuya milagrosamente.
No. Tú no puedes...
¡Y yo, no sé lo que de mí sería
si dejara algún día de quererte ¡