Trocadero: orilla oeste del Seine, frente a la Tour Eifiel, antes de la gran curva que atraviesa Boulogne, para ganar Pont de Sevres, don de el Seine caprichoso, toma rumbo hacia el Norte... Trocadero era el lugar donde algunas tardes de domingos o festivos (si no había chavala por medio) escribía yo de todo aquello que me permitía mi ventana asomado al mundo.
Hablaba de doblar esquinas hacia la incertidumbre,
caminar por las nieblas del agobio.
al lado mismo de árboles frondosos.
Yo formaba parte de esa caravana en movimiento,
que suda para que coman otros.
Allí escribí algo que he buscado y encontrado: un libro. Allí me llamé "libertad" y dentro dre m is carencias es cribía, justamente, en ESO: en libertad.
Me lo has recordado hoy Noemí y lo he buscado, pòr haber recordado que ya cante (lloré) imagenes, que hoy desfilan por Europa. Decía (entre otras mucha cosas) "Viejo mundo m e das pena, tu manta a la espalda y fusil de almohada... Asi no podr´s, jamas contar cueng tos hermosos a los niños.
No se como caminarás por ese cenagal. a mi mi volontad me llora porque mi mi mano n o puede atrapar una soñada bella aurora.
Si acaso está en ese h ollado camino, llora conmigo, amigo, en el monotono caminar por este mundo, entre los de sin abrigo.
No intentes atrapar el granizo que turba tu ventana, morira solo de bruces contra el suelo.
Y si eres capar de callar toda una vida, piensa que que si hambriento de justicia, puedes a cabar al pie del muro.
En Paris, años 62-70
Hablaba de doblar esquinas hacia la incertidumbre,
caminar por las nieblas del agobio.
al lado mismo de árboles frondosos.
Yo formaba parte de esa caravana en movimiento,
que suda para que coman otros.
Allí escribí algo que he buscado y encontrado: un libro. Allí me llamé "libertad" y dentro dre m is carencias es cribía, justamente, en ESO: en libertad.
Me lo has recordado hoy Noemí y lo he buscado, pòr haber recordado que ya cante (lloré) imagenes, que hoy desfilan por Europa. Decía (entre otras mucha cosas) "Viejo mundo m e das pena, tu manta a la espalda y fusil de almohada... Asi no podr´s, jamas contar cueng tos hermosos a los niños.
No se como caminarás por ese cenagal. a mi mi volontad me llora porque mi mi mano n o puede atrapar una soñada bella aurora.
Si acaso está en ese h ollado camino, llora conmigo, amigo, en el monotono caminar por este mundo, entre los de sin abrigo.
No intentes atrapar el granizo que turba tu ventana, morira solo de bruces contra el suelo.
Y si eres capar de callar toda una vida, piensa que que si hambriento de justicia, puedes a cabar al pie del muro.
En Paris, años 62-70