FUISTE LA SAL EN MI HERIDA,...

FUISTE LA SAL EN MI HERIDA,

Dejaste cieno en mis manos
y en mi boca, la hiel amarga,
y un corazón destrozado
ningún bálsamo lo calma.

Fuiste la sal en mi herida,
la oscuridad en la noche,
fuiste una bala perdida
pero no te hago reproches.

Porque caíste tan bajo
que ya solo causas pena,
no voy a regocijarme
pues ya es grande tú condena,

No tienes un cirineo
que te ayude con la cruz,
vas cogiendo la cosecha
de lo que sembraste tú.

Te sentías importante
burlándote de la gente;
y al volverse el bumerán
te dio de lleno en la frente.

Pido a Dios que esas heridas
solo te dejen señales,
para recordarte siempre
que es la causa de tus males.

Donde clavaste puñales
yo plantaré bellas flores,
esperando que algún día
reconozcas tus errores.

Si un día te dieras cuenta
todo ese mal que causaste,
verás que la merecías
la cruz que un tiempo llevaste.
Pa. Sa. Ma.