BAEZA Y EL BURGO DE OSMA...

BAEZA Y EL BURGO DE OSMA

Como testigo del tiempo
que paso Antonio Machado,
recorriendo algunos templos
con un arte inusitado.

Sus frases fueron marcadas
sin explicar los motivos,
a la vez que condenadas
entre negros adjetivos.

Machado marcó caminos
entre verdes olivares,
y en Soria dejó destinos
de frases muy peculiares.

Es Baeza y el Burgo de Osma
dos ciudades con murallas,
donde existe alguna loma
que conocieron batallas.

Catedrales con historia
de tiempos de reconquista,
que algunos llaman de gloria
y que saltan a la vista.

Hermanadas y distantes
con acento religioso,
viven entre sus instantes
cierto pasado armonioso.

Sombras de fe compartidas
en muchos de sus hogares,
voces que no son fingidas
si rezan en sus altares.

El Burgo toca pinares
que son su cuna y leyenda,
Baeza cuidando olivares
en cualquiera de sus sendas.

Hermanadas por Machado
entre brisas de obediencia,
su pasado es amarrado
a leyes de intransigencia.

Castilla vive presente
entre gestos de grandeza,
donde vive el penitente
su pasado de nobleza.

La distancia marca losas
de sus milenarias huellas,
sombras de luces y fosas
que sueñan las noches bellas.

Contemplando su armonía
las dos ciudades se crecen,
sus piedras son simpatía
y pienso que no padecen.

Vientos que llegan deprisa
sobre sus losas pisadas,
las dos conservan la brisa
de procesiones rezadas.

Amarradas al pasado,
sin renunciar al presente,
Machado dejó marcado
su sentimiento valiente.

Los años se van volando
sin entender de cantares,
Machado nos va enseñando
los ecos de sus lugares.

Desde los valles de Soria
El Burgo tiene su signo,
en Baeza existe la gloria
de un tranquilo cristianismo.
G X Cantalapiedra.