"SERENATA PARA EL TIO QUERIDO"...

XXVIII – “LA ESPERANZA”

No puedes tocar lo invisible
Solo creer sentir la memoria
La electricidad misma del recuerdo
Conciencia e inconsciencia
De lo inexplicable.

Los caminos nunca desaparecen
Son del tiempo
Como líneas invisibles
Eternidad del momento
Lejanías de la evocación.

El desasosiego son lagunas
De intangibles orillas
Montañas ilimitadas al porque?
La vida tiene su paso
Su aceleración y ritmo.

El río entre sombras y luces
Transporta todo el sino
Misterioso de la existencia
Aurora peregrina
Es la huella de su cauce.

La distancia de los años
Siembra cada grano del hoy
Labra el surco otoñal de lo respirado
Lo maquilla de presente
Es brisa navegante
En cada exaltación.

No me digas nunca
Que la esperanza no existe
Acecha con su gatuna mirada
Me arranco el corazón
Para sentir su agitación
Es silencioso refugio
Suspiro del alma
Para creer otra vez.

EH

Enrique. tus poemas me gustan mucho, por su profundidad. ¿se pueden compartir con su nombre por supuesto?
si no me da su permiso lo entenderé.
Un saludo y agradecimiento.
Elisa V.

Hola Elisa, Muchas gracias por apreciarlos. Para mi es un gusto participar en este foro de poesia y compartir lo que voy escribiendo y no tengo incoveniente que los compartas indicando mi nombre. Aprovecho la oportunidad para indicarte que tengo una pagina digital: enrique-horna. com, ahi tambien encontraras mas poemas de mi autoria.
Con aprecio te envio un cordial saludo.

Enrique Horna

Muy agradecida, por dejarme compartir y por ofrecécerme tu página.

Saludos y Feliz Navidad.
Elisa V.

"SERENATA PARA EL TIO QUERIDO"

El sur del mundo tiene tus melancolías
Tu afecto es la voz invisible del tiempo
La serenata tiene todo el cariño
De la buenaventura de la vida
Su indomable destino y resignación.

El silencio posee entrañables alegrías
El círculo existencial grabando su sello
Tus días siempre te pertenecieron
Fueron tributos a tu humilde origen
Y un amor grandioso por lo tuyo.

Volvemos siempre a la raíz del misterio
Y el mundo parece el mismo
Pero no es total en su conjunto
Hay un grano ausente
En su línea sin punto fijo
Es un cuerpo que ha partido.

Las palabras no son santidad
Son las voces del alma
Con el pecado del amor al prójimo
Conjugan sus ojos con el viento
Y vuelven a soñar.

Hoy día que te celebro
No quisiera llorar
Te veo entre las siluetas
Inconmensurables de los arboles
Y las nubes del cielo
La brisa besando a los pájaros
Es un canto viviente
Es la hora de vernos de nuevo.

EH