Los libros de los niños y niñas que iban a la escuela,...

Los libros de los niños y niñas que iban a la escuela, servían para sus hermanos o primos, o sencillamente, alguien se los daba. Teníamos la tabla de multiplicar que estudiábamos todos los días. Se entraba a clase a las 10 de la mañana. En las ciudades, creo que era hacia las 9'30. La puntualidad era buena. En invierno, duros inviernos, lo, primero que se hacía era prender la estufa. La leña era portada por los que íbamos a la escuela, normalmente era roble o cepas. Las cepas daban más calor y aguantaban más el calor. Alrededor de la estufa, el maestro nos sentaba a los más pequeños. Un chico mayor que destacaba en la clase, nos tomaba la lección, nos ponía cuentas de sumar y restar y nos preguntaba la tabla de multiplicar.