ROSCÓN DE REYES
Llevaba oyendo la casi idéntica cantinela desde el día 15 o 16 de diciembre, en la panadería y pastelería del pueblo de al lado, distante 14 km, que es donde voy a comprar el pan y la bollería para el desayuno y la merienda.
Tras de pedir mi pan gallego, cuando me tocaba el turno, entre la dependienta –o la dueña- y yo, se creaba el invariable diálogo. - ¿Algo más? -Medio kilo de perrunillas (en alguna ocasión). - ¿Un roscón? -No, gracias. ¿Algo más? –Dos napolitanas de chocolate ... (ver texto completo)
Llevaba oyendo la casi idéntica cantinela desde el día 15 o 16 de diciembre, en la panadería y pastelería del pueblo de al lado, distante 14 km, que es donde voy a comprar el pan y la bollería para el desayuno y la merienda.
Tras de pedir mi pan gallego, cuando me tocaba el turno, entre la dependienta –o la dueña- y yo, se creaba el invariable diálogo. - ¿Algo más? -Medio kilo de perrunillas (en alguna ocasión). - ¿Un roscón? -No, gracias. ¿Algo más? –Dos napolitanas de chocolate ... (ver texto completo)