EL ARPA
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veiase el arpa.
¡Cuanta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de la nieve
que sepa arrancarlas!
¡Ay!-pensé- ¡cuantas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: "levántate y anda!"
Becquer
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veiase el arpa.
¡Cuanta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de la nieve
que sepa arrancarlas!
¡Ay!-pensé- ¡cuantas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: "levántate y anda!"
Becquer