Y LLEGÓ ESE DÍA...

Y LLEGÓ ESE DÍA
Era un joven solitario que soñaba carnavales, en su caminar diario tuvo sueños anormales. Esperando convertirse en un loco perturbado, quiso pronto el revestirse con un traje mal cuidado. Hacer locuras sin tregua en fechas de carnavales, y soltar su mala lengua con sus causas no normales. Le dio soltura a su mente entre gritos de comparsa, y en aquel precioso ambiente hizo su vida una farsa. Un día de carnavales entre pasiones cerradas, en estas fechas normales fueron razones cegadas. Aquel joven castellano solitario y pendenciero, temía ser un humano buscando siempre dinero. El carnaval daba brotes de iniciar las amarguras, y pudiera dar las dotes de las penosas locuras. Carnavales de diabluras buscando las batas blancas, los curanderos si curan muchas penumbras arrancan. Al final los carnavales se terminan entre sueños, vuelven los viejos modales y los pobres entre empeños. Dejar los trajes sin pena, la vida tiene sus males, habrá quien sufra condena entre momentos fatales. El Entierro de la Sardina es conocer el futuro, da lo mismo en la colina que en el lugar más oscuro. La vida nos va enseñando los disfraces más agudos, habrá quien vaya gritando cuando le sujeten nudos. Está llegando ese día de penumbras y maldades, cuando las dudas se alumbran se borran las soledades. Dejar que salga la Luna, dejar que la rana cante, es penosa la fortuna de sufrir el mal talante. Mañana será otro día, no se si la Luna sale, buscaremos armonía en la más sufrida calle. Los carnavales suspiran, volveremos a escucharlos, habrá gentes que se giran para poder recordarlos.
Todo tiene su misterio, la vida tiene sus tragos, en el momento más serio llegan los vientos amargos. G X Cantalapiedra.