NI UNA NUBE POR EL CIELO DE MADRID
Madrid esta ciudad castellana, donde parece que las nubes se han marchado buscando otros lugares, digamos que hace unos días Madrid conocía la Duna por diferentes lugares, hoy conoce el sol con sus calores naturales, Esta gran ciudad que parece que la lluvia tiene miedo el llegar hasta aquí, y con el cambio climático aún más, La contaminación se ve reflejada como si fuera una boina. Desde su Cima podemos divisar ese cielo encapotado de humo mal llegado, que hace que muchos seres humanos que padecen de bronquios, se ven obligados a tratarse con medicamentos u oxígeno, Es un problema que yo conozco desde mi llegada a esta ciudad el año 1964, Cuando había vehículos de motores diésel, que eran chimeneas andando, y desde los altos que yo pisaba alrededor de la ciudad, se veía esa boina aun peor que ahora, y eso que no se llegaba a los 500,000, vehículos matriculados, de los cuales muchos estaban fuera de servicio. Yo conducía una furgoneta SAVA, diésel, que, aunque no soltaba mucho humo, los filtros eran caros para dicha empresa, según nos decían, Madrid cuando estaba sin llover un mes seguido, los coches que dormían en la calle, tenían una buena capa de digamos ceniza de los automóviles, incluso de las chimeneas que entonces eran los tubos de escape de los autobuses particulares y de la E, M, T. No solo ahora hay contaminación, ya hace 60, años Madrid lo sufría, pero nadie le daba importancia, era el progreso de aquella sociedad que empezaba a usar los coches como medio de transporte, y de movilidad a otras lugares, Siempre hubo voces que veían de cerca el peligro, más los intereses de algunos negocios estaban por encima de la salud de los madrileños. Aquellos años no existía ni la M, 30, ni la M, 40. Se empezaba a construir Las Rondas, y los pasos subterráneos, con el Scalextric de Atocha, que funciono muchos años, Madrid sigue siendo cuando no llueve, una ciudad con contaminación constante, aunque nos digan lo contrario. “VIVA MADRID”. G X Cantalapiedra.
Madrid esta ciudad castellana, donde parece que las nubes se han marchado buscando otros lugares, digamos que hace unos días Madrid conocía la Duna por diferentes lugares, hoy conoce el sol con sus calores naturales, Esta gran ciudad que parece que la lluvia tiene miedo el llegar hasta aquí, y con el cambio climático aún más, La contaminación se ve reflejada como si fuera una boina. Desde su Cima podemos divisar ese cielo encapotado de humo mal llegado, que hace que muchos seres humanos que padecen de bronquios, se ven obligados a tratarse con medicamentos u oxígeno, Es un problema que yo conozco desde mi llegada a esta ciudad el año 1964, Cuando había vehículos de motores diésel, que eran chimeneas andando, y desde los altos que yo pisaba alrededor de la ciudad, se veía esa boina aun peor que ahora, y eso que no se llegaba a los 500,000, vehículos matriculados, de los cuales muchos estaban fuera de servicio. Yo conducía una furgoneta SAVA, diésel, que, aunque no soltaba mucho humo, los filtros eran caros para dicha empresa, según nos decían, Madrid cuando estaba sin llover un mes seguido, los coches que dormían en la calle, tenían una buena capa de digamos ceniza de los automóviles, incluso de las chimeneas que entonces eran los tubos de escape de los autobuses particulares y de la E, M, T. No solo ahora hay contaminación, ya hace 60, años Madrid lo sufría, pero nadie le daba importancia, era el progreso de aquella sociedad que empezaba a usar los coches como medio de transporte, y de movilidad a otras lugares, Siempre hubo voces que veían de cerca el peligro, más los intereses de algunos negocios estaban por encima de la salud de los madrileños. Aquellos años no existía ni la M, 30, ni la M, 40. Se empezaba a construir Las Rondas, y los pasos subterráneos, con el Scalextric de Atocha, que funciono muchos años, Madrid sigue siendo cuando no llueve, una ciudad con contaminación constante, aunque nos digan lo contrario. “VIVA MADRID”. G X Cantalapiedra.