A nadie le gusta equivocarse, y reconocerlo es algo...

Si existe no debe de ver ni oir bien, de otra forma no permitiría que murieran de HAMBRE diariamente NIÑOS, tampoco permitirìa que el cáncer atacara a niños y les hiciera sufrir hasta que mueren, y otras muchas cosas que no se entienden en ese Dios que nos han vendido.

A nadie le gusta equivocarse, y reconocerlo es algo que muchas veces nos cuesta hacer.

Equivocarnos no nos hace menos valiosas, ni menos sensatas, ni menos dignas. Los errores son parte de la vida y nos brindan la oportunidad de ser mejores aprendiendo de la experiencia y aceptando consecuencias.

Pedir perdón o cometer un error no nos tiene por qué quitar valor, no tengamos miedo a reconocer lo que hicimos mal.

Reconocer nuestros errores habla de nuestra madurez como seres humanos, puede que ello no sea muy sencillo que digamos, pero si lo pones en práctica, con el tiempo descubrirás que es la mejor manera de aprender de la vida, de tu vida. Es más liberador que difícil reconocer que nos equivocamos, entonces hagamos el sano ejercicio de pronunciar dos palabras: ¡Me equivoqué!