Es verdad. La esperanza debe fortalecerse. La alegría...

En la monición de entrada de la misa del Tercer Domingo de Adviento, San Pablo, a través de la carta a los Filipenses, nos doce: "Estad alegres, estad siempre alegres...". Y en efecto, la cercanía del nacimiento de Jesús, nos hace vibrar de alegría.
No nos dejemos confundir por aquellos que siempre tienen malos pronósticos, y que tienen su esperanza perdida. Nosotros no; en la espera de Jesús estamos alegres y con toda nuestra esperanza.

Es verdad. La esperanza debe fortalecerse. La alegría de a Navidad es profunda y misteriosa, tiene raíces antiguas y frutos nuevos. Hay que dejarse invadir por los nuevos/buenos sentimientos. A veces sustraemos el alma a su presencia, por desconfianza, por rutina (¿cómo voy a cambiar a esta altura de mi vida?) por contagio- Volquemos hacia afuera el amor que Dios pone en nuestro corazón para que sea el belén del Niño y que esa luz y ese calor inunden muchos corazones solitarios! Nelba