FRANMA. No es del todo como tú lo cuentas. Al final...

FRANMA. No es del todo como tú lo cuentas. Al final de la jornada el que se salva sabe y el que no, no sabe nada. Que tú no creas en Dios no quiere decir que no exista. Al final del juicio final, los elegidos irán a disfrutar del edén celestial, los demás sin piedad irán a lo más profundo del abismo y la mayor pena será que nunca verán a Dios. Tú puedes ir al cielo como cualquier otro que ya esté disfrutando del paraíso si en el último momento de tu vida, cuando la muerte vuela por encima de tu cabeza, y te arrepientes de tus pecados, verás a Dios. Estaría bonito que en esta puñetera vida los que se han comportado mal: corruptos, ladrones, asesinos, y un número importante de delitos cometidos se fueran de " rositas" sin pagar el tributo a Dios merecido. Por eso, durante toda la vida siendo un malhechor, Dios apura hasta el mismo instante y quiere tu arrepentimiento. ¿No quieres ir al Cielo? No te preocupes, que Dios hará un milagro y te salvarás. ¡Menudo rollo te he metido, eh!

Un saludo.