ERMITA DE SAN BAUDELIO
Se van pasando los siglos
sin apenas lastimarse,
entre silencios cautivos
que quisieran estimarse.
Una ermita suspirando
por un pasado escabroso,
el dinero fue comprando
aquel arte tan dichoso.
Sin sentir ningún aprecio
ni mirar su bello cielo,
el pastor hizo desprecio
de aquel techo de consuelo.
Para guardar las ovejas
de los fríos castellanos,
nadie reclamó las quejas
de aquellos momentos vanos.
Sin respetar tradiciones
que fueron signos grandiosos,
San Baudelio ve emociones
en los momentos gozosos.
Leyendas llenas de dudas
por su pasado de errores,
Ermita sin amarguras
ni guerreros ganadores.
Las paredes son testigos
de su pasado armonioso,
el arte no tuvo amigos,
ni el vendedor fue dichoso.
Pinturas que mal vendidas
fueron pasando fronteras,
hoy se las da por perdidas
al ser ventas traicioneras.
Su palmera se ve erguida
en la ladera soriana,
con soledad elegida,
de tristeza castellana.
G X Cantalapiedra.
Se van pasando los siglos
sin apenas lastimarse,
entre silencios cautivos
que quisieran estimarse.
Una ermita suspirando
por un pasado escabroso,
el dinero fue comprando
aquel arte tan dichoso.
Sin sentir ningún aprecio
ni mirar su bello cielo,
el pastor hizo desprecio
de aquel techo de consuelo.
Para guardar las ovejas
de los fríos castellanos,
nadie reclamó las quejas
de aquellos momentos vanos.
Sin respetar tradiciones
que fueron signos grandiosos,
San Baudelio ve emociones
en los momentos gozosos.
Leyendas llenas de dudas
por su pasado de errores,
Ermita sin amarguras
ni guerreros ganadores.
Las paredes son testigos
de su pasado armonioso,
el arte no tuvo amigos,
ni el vendedor fue dichoso.
Pinturas que mal vendidas
fueron pasando fronteras,
hoy se las da por perdidas
al ser ventas traicioneras.
Su palmera se ve erguida
en la ladera soriana,
con soledad elegida,
de tristeza castellana.
G X Cantalapiedra.