Apreciado Fernando /Isabel. Realmente creo que hablamos...

Apreciado Fernando /Isabel. Realmente creo que hablamos de un Jesús completamente distinto. Yo hablo del que nos presentan los evangelios, que, si es cierto que no son libros de historia, en el sentido moderno, son documentos completamente históricos y que nos presentan al Jesús tal como le vieron los testigos inmediatos (“lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos…”. Estos apóstoles le siguieron sin dudarlo, hasta dar la vida en el martirio por Jesús, al que contemplaron antes y después de resucitado. Este es el Jesús que fascinó a Pablo y le convirtió de celoso seguidor y defensor de la Ley mosaica, hasta los extremos de la violecia y persecución de cristisnos (que no es lo mismo que ser un asesino vulgar), en seguidor incondicional de Jesús.
El Jesús de que tú hablas debe ser un personaje original del que no constan más que cuentos cosidos con muy pocos elementos históricos. Si algún personaje histórico ha sido profusamente estudiado a lo largo de los 20 siglos, ese es Jesús de Nazaret. Sobre este Jesús, estoy dispuesto a seguir dialogando. Sobre ese otro, cuyo padre es Judas según tu exposición y no sé qué otros cuentos… no me parece que valga la pena perder más segundos.