Los bienaventurados son pobres “de espíritu”, que por...

Los bienaventurados son pobres “de espíritu”, que por su propia voluntad están dispuestos a soportar por amor de Dios esta dolorosa y humilde condición, incluso aunque realmente sean ricos y felices; mientras que, por otro lado, los realmente pobres pueden no alcanzar esta pobreza “de espíritu”.