Me parece que hablamos lenguajes muy distintos que nunca podrá lograrse un entendimiento entre posturas como la tuya y la mía. Por lo tanto es inútil debatir en paralelo. Vives como en otro mundo muy distinto de este.
Sigo pensando que esta ley es injusta. Lógicamente los que no creemos la ley, no la utilizaremos, y procuraremos por nuestros hijos para educarles en el respeto a sí mismos, en la responsabilidad de sus actos, y en el amor al prójimo. Y todo dentro de la familia y de su entorno. Con libertad, diálogo y amor. Y lo que es mas importante, aceptación.
No es de recibo que personas que no creen en Dios no utilicen los medios disponibles que la ciencia brinda para evitar males mayores. Si no lo hacen, lo mas seguro es que sea por dejadez porque esos medios están al alcance de cualquiera pero se requiere una educación ciudadana, un acercamiento a los jóvenes que puedan ser víctimas de la propia sociedad que da todo por bueno pero que acaban degradándose, a veces de forma irreversible. Y eso la ley no lo da. No da el respeto al propio cuerpo y a las consecuencias que se puedan derivar de vivir en ceguera mental ¿y por decisión propia, o por que la sociedad se desentiende de su deber, que es el de formar personas?.
Y claro, nos tenemos también que defender de esta sociedad y de sus leyes, inculcando a nuestros hijos valores de todo tipo que son mas necesarios que nunca para vivir en paz y en libertad. Permitir gracias a la educación en valores que se sigan formando para que cuando alcancen la mayoría de edad estén en condiciones de tomar sus propias decisiones, y entonces ya no nos necesiten o no tanto como ahora. Pero sabrán que siempre podrán contar con nosotros, sus padres, para lo bueno y para lo malo. Pero para eso se requiere un tiempo de madurez y un tiempo de velar por la salud y el bienestar de nuestros hijos y procurar que desarrollen su personalidad propia.
En cuanto al planteamiento de la religión católica como una losa pesada y un estar encadenado, te diré que todo lo contrario.
Para mi Dios es libertad. Yo puedo escoger los distintos caminos que hay en la vida. Incluso en mi elección, me puedo equivocar, y después rectificar. Pero si tengo conciencia de lo que hago es mas difícil que me cree problemas innecesarios. Dios no es una cadena sino un apoyo. Cuando la sociedad no te valora, no te estima, no hay un lugar para ti, ahí está Dios prestándote ese sitio propio dentro de la comunidad cristiana. Puedes recurrir a él en los peores momentos y no de abandonará. Te dará energías y fuerza para enfrentarte a las diversas pruebas que la vida te pone. Que en realidad, es el camino que elegimos. Porque no siempre lo más fácil es lo mejor. Lo que cuesta, vale mas.
En realidad esta visión cristiana nos permite después actuar mejor en la vida social, plagada de normas de especial cumplimiento y para todo. Somos libres, pero nuestra libertad acaba donde empieza la libertad del otro. Tenemos derechos y obligaciones como en la vida social, no dogmas ni decretos.
Cuando hablas de una religión, que sin duda habrás tenido que soportar y por eso estás tan rebotado, te diré que a mi nunca me han impuesto tal religión. Nunca tuve ni curas ni monjas convenciéndome de todos esos dogmas. Y sin embargo he ido al encuentro con Dios por voluntad propia y sin ataduras. Es mas, a mi mi religión me da alas y defensa contra las injusticias y contra los problemas que la vida conlleva.
No se si se trata de aceptación del propio ser y sus problemas. Nunca me he desentendido de los problemas, los he aceptado como forma de solucionarlos. Y siempre he pensado en los demás porque aunque no lo quisiera reconocer no estoy sola en el mundo sino viviendo en sociedad. Si evito un problema, igual lo esquivo pero a lo mejor repercute en alguien cercano a mi y carente de recursos para atajar dicho problema. Es mejor hacerles frente que pasar de ellos.
Las injusticias sociales se dan en todos los contextos sociales y en todos los gobiernos. Pero hay mas falta de libertad en los regímenes dictatoriales y donde la gente no puede elegir su forma de vida que ya le viene predeterminada.
A lo mejor tus ideas no son realizables por mucho que te esfuerces en convencer o en machacar al contrario.
Un saludo.
Sigo pensando que esta ley es injusta. Lógicamente los que no creemos la ley, no la utilizaremos, y procuraremos por nuestros hijos para educarles en el respeto a sí mismos, en la responsabilidad de sus actos, y en el amor al prójimo. Y todo dentro de la familia y de su entorno. Con libertad, diálogo y amor. Y lo que es mas importante, aceptación.
No es de recibo que personas que no creen en Dios no utilicen los medios disponibles que la ciencia brinda para evitar males mayores. Si no lo hacen, lo mas seguro es que sea por dejadez porque esos medios están al alcance de cualquiera pero se requiere una educación ciudadana, un acercamiento a los jóvenes que puedan ser víctimas de la propia sociedad que da todo por bueno pero que acaban degradándose, a veces de forma irreversible. Y eso la ley no lo da. No da el respeto al propio cuerpo y a las consecuencias que se puedan derivar de vivir en ceguera mental ¿y por decisión propia, o por que la sociedad se desentiende de su deber, que es el de formar personas?.
Y claro, nos tenemos también que defender de esta sociedad y de sus leyes, inculcando a nuestros hijos valores de todo tipo que son mas necesarios que nunca para vivir en paz y en libertad. Permitir gracias a la educación en valores que se sigan formando para que cuando alcancen la mayoría de edad estén en condiciones de tomar sus propias decisiones, y entonces ya no nos necesiten o no tanto como ahora. Pero sabrán que siempre podrán contar con nosotros, sus padres, para lo bueno y para lo malo. Pero para eso se requiere un tiempo de madurez y un tiempo de velar por la salud y el bienestar de nuestros hijos y procurar que desarrollen su personalidad propia.
En cuanto al planteamiento de la religión católica como una losa pesada y un estar encadenado, te diré que todo lo contrario.
Para mi Dios es libertad. Yo puedo escoger los distintos caminos que hay en la vida. Incluso en mi elección, me puedo equivocar, y después rectificar. Pero si tengo conciencia de lo que hago es mas difícil que me cree problemas innecesarios. Dios no es una cadena sino un apoyo. Cuando la sociedad no te valora, no te estima, no hay un lugar para ti, ahí está Dios prestándote ese sitio propio dentro de la comunidad cristiana. Puedes recurrir a él en los peores momentos y no de abandonará. Te dará energías y fuerza para enfrentarte a las diversas pruebas que la vida te pone. Que en realidad, es el camino que elegimos. Porque no siempre lo más fácil es lo mejor. Lo que cuesta, vale mas.
En realidad esta visión cristiana nos permite después actuar mejor en la vida social, plagada de normas de especial cumplimiento y para todo. Somos libres, pero nuestra libertad acaba donde empieza la libertad del otro. Tenemos derechos y obligaciones como en la vida social, no dogmas ni decretos.
Cuando hablas de una religión, que sin duda habrás tenido que soportar y por eso estás tan rebotado, te diré que a mi nunca me han impuesto tal religión. Nunca tuve ni curas ni monjas convenciéndome de todos esos dogmas. Y sin embargo he ido al encuentro con Dios por voluntad propia y sin ataduras. Es mas, a mi mi religión me da alas y defensa contra las injusticias y contra los problemas que la vida conlleva.
No se si se trata de aceptación del propio ser y sus problemas. Nunca me he desentendido de los problemas, los he aceptado como forma de solucionarlos. Y siempre he pensado en los demás porque aunque no lo quisiera reconocer no estoy sola en el mundo sino viviendo en sociedad. Si evito un problema, igual lo esquivo pero a lo mejor repercute en alguien cercano a mi y carente de recursos para atajar dicho problema. Es mejor hacerles frente que pasar de ellos.
Las injusticias sociales se dan en todos los contextos sociales y en todos los gobiernos. Pero hay mas falta de libertad en los regímenes dictatoriales y donde la gente no puede elegir su forma de vida que ya le viene predeterminada.
A lo mejor tus ideas no son realizables por mucho que te esfuerces en convencer o en machacar al contrario.
Un saludo.