LIRAS, DESAMOR

Hay cárceles en mi alma,
con penas y silencios de tu ausencia
que me roban la calma.
Añoro tu presencia
dormida en la quietud de la inconsciencia.

La suerte inoportuna
me legó este recuerdo tan hiriente.
¡Qué falta de fortuna!
¡Oh mundo sorprendente!
Castigo es recordarte eternamente.

Y en la noche serena,
cuando me vence la melancolía,
cuando reina la pena,
soñarte todavía
es mi único consuelo y alegría.