Silenciad esa jauría
Que ni respetó la muerte,
Que ni respetó la vida.
Qué se calle quién no entiende,
Quién no respeta los caminos diferentes
Que todos llevan a Dios
Para beber de sus fuentes.
Qué pobreza, tener siempre la razón.
Qué indigno, no poder ver la belleza.
Mudos sean los lebreles
Mudos de voz y de eco
Mudos por la sinrazón.
Bimba Bosé, a Rosalía le hubieras gustado.