Pasando el mar el engañoso toro,
volviendo la cerviz, el pie besaba
de la llorosa ninfa que miraba
perdido de las ropas el decoro.
Entre las aguas y las hebras de oro
ondas el fresco viento levantaba
a quien con los suspiros ayudaba
del mal guardado virginal tesoro.
Cayéronsele a Europa de las faldas
las rosas al decirle el toro amores,
y ella, con el Dolor de sus guirnaldas,
dicen que, lleno el rostro de colores,
en perlas convirtió sus esmeraldas
y dijo: " ¡Ay triste yo, ¡perdí las flores!"