Brota la exuberante primavera
en blanco florecer de los almendros,
pero hoy no brilla el sol, reina la niebla.

En hora tan temprana, el suave viento
acaricia las incipientes hojas
de los setos desnudos en enero.

Ya falta menos para que las rosas
buscando el cielo trepen la enrejada
ventana, y todas nos parezcan pocas.

Son las jornadas cada vez más largas,
cuando agoniza la melancolía,
cuando triunfa el amor, se llena el alma,

cuando las aves cantan sin medida,
cuando la luz de los atardeceres
alienta besos, mata la rutina.

Atardecer de la luna de nieve,
en el campo creciendo los trigales,
y en mi vida, la esperanza de siempre.

Noemí

(Tercetos encadenados en asonante. Dante y Miguel Hernández me darían unas collejas, pero a mí me gustan)