Muy bien esas liras, Mari. ¡Cómo te estás superando!

UNAS LIRAS.

A Ti entrego mi vida
contempla Señor mi alma enamorada,
discurre ensombrecida,
por senda equivocada,
ausente de la luz de tu mirada.

Si te fui infiel amante
no me aflijas, Señor, sin tu Presencia,
extraño cada instante
tu celestial esencia
amorosa. Imploro, mi Dios, clemencia.

MARI.

Muy bien esas liras, Mari. ¡Cómo te estás superando!