Que fácil sería niño
quererte si tú quisieras,
no existirían fronteras
que impidieran mi cariño.

Más tu pones la barrera
que me impide el añorarte,
hay veces que por besarte
daría mi vida entera.

Después con la luz del día
digo a mi piel que se calle
no eres mi querido valle
no eres mi luz ni mi guía.

En ti ya no encuentro calma
es de noche, no hay estrellas
murieron las cosas bellas
que me llegaban al alma.

Cada cual por su camino,
yace en el mar del olvido
todo lo que fue querido,
Dios separó nuestro destino.