con mucho disimulo, doy el primer paso y entro...

con mucho disimulo, doy el primer paso y entro
miro a la izquierda, a la derecha, al centro
buscando la mas discreta mesa,
donde sentar mis lozanas posaderas,
y con reojo, voy ojeando a variopinta clientela.

acodado en un ricón de la barra,
dando a la sin hueso,
observo a un cliente,
de porte taciturno y bohemio,
en su mano copa y cigarro,
me da la espina que se le da bien el cante
y el converseo.

muy cerca y agudizando el oido,
otro cliente, se esmera pa oir coversación
del bohemio y camarera,
esta con cara compungida y dolorida
ma da la sensación que de haber recibido
un castañazo, no se si por efecto del licor
o de mirar para donde no debia,
de talante bonachón, confianza me inspira tal
melandrón.

sentada en el centro del cafe,
distinguida dama, con pinta
de haber conocido mejores tiempos,
se atusa el plateado cabello
rictus serio, y tiesa como una vela,
se limpia migas imaginarias, de lo
que se adivinan unas largas piernas,
a la vez que se le escapan miradas de superioridad
al resto de la clientela.

el ambiente me divierte,
se ve acogedor,
con una camarera,
con buena presencia
mas entrada en carnes que el años,
atenta y solicita, va repartiendo
unas sabrosas tapitas.

y en una mesa cercana a la mia,
una pareja conversa,
parecen matrimonio,
por la complicidad, que entre ellos se respira,
en los ojos de el, se adivina, un personaje
con alma de bufón,
y el los de ella denotan buen humor e inteligencia
casi me atreveria a decir que son una pareja casi perfecta.

cada segundo que pasa me voy sintiendo mas gusto
y ya me oteo la camarera,
voy a tomar un cafe, pues yo, al efecto del vino,
temo,
y como el estomago ya esta haciendo,
alboroto, lo saciare con una tapita del jamón, del bueno,
y rauda me ire a recojerme a mi guarida,
que la tarde va pasando, dando al anochecer paso.