A veces no se comprenden...

A veces no se comprenden
los caprichos del destino,
te rebelas y te enfadas,
de nada vale, tu sino
es el que otro decide
cumpliéndose a rajatabla,
y tú llevas en el alma
ese dolor tan inmenso
que lloras, clamas al cielo,
más, ocupado, el Supremo
nunca te lo tiene en cuenta
y sigue marcando el rumbo
para llegar a su meta;
no son de amores mis males
son de otra naturaleza.