Siempre he admirado la creatividad, las mentes abiertas...

Siempre he admirado la creatividad, las mentes abiertas y los personajes fronterizos, aquellos que, por ejemplo son capaces de comprender un gesto sin que vaya acompañado de una explicación.
Hace muchos años cuando deseaba conocer el calado intelectual de mis conocidos, les planteaba un juego enmarcado en una pregunta muy simple:
- ¿Cuántos amigos tienes de esos que te acompañarían a deshacerte del cadáver sin preguntar?
-Déjame pensar… De esos tengo uno ¿Y tú? –Me preguntaba alguno.
-Tengo tres, soy más afortunado –Bromeaba yo.
-Pues tienes suerte porque nadie tiene tantos amigos de esos.
En ocasiones me producían desolación algunas respuestas tipo:
-Jamás pediría a un amigo que fuera cómplice de un delito.
-Yo no he matado nunca a nadie. Ni pienso hacerlo.
- ¿Cómo voy a cometer un crimen y pedir a un amigo que me ayude a enterrarlo?
Soy tolerante con las limitaciones culturales, como no… pero me causa pesimismo, lo poco que algunos han avanzado, teniendo al alcance de la mano, herramientas para alejarnos de los sótanos intelectuales de la humanidad.