Manuel Jabous. Cadena Ser...

Manuel Jabous. Cadena Ser

La distancia exacta que hay entre el resto del mundo y mi calle es la misma distancia que hay entre la declaración de la Organización Mundial de la Salud diciendo que "lo peor está por venir" y nuestra despreocupación. No la critico, la despreocupación, de hecho es una relajación prescrita por los expertos, pero nos enseña algo. Nos enseña que en un mundo cada vez más conectado, donde podemos seguir en directo hasta la vida de las calles de las ciudades más lejanas, nuestra burbuja sigue siendo lo suficientemente importante como para no atender. No atendimos las señales cuando estallaron en Italia y no atendemos, o atendemos poco, las señales que se siguen produciendo en los países que todavía siguen encerrados. Lo digo pero no lo critico porque el primer derecho es el derecho a vivir, a movernos, a vernos y a tocarnos, y el confinamiento ha sido tan impactante que, un mes después, nos parece una pesadilla. Pero lo malo de las pesadillas es que, cuando terminan, no sabemos si lo han hecho de verdad o han convertido la realidad en un espejismo. Eso de que "el mundo se desmorona y nosotros nos enamoramos" existe en el cine. Bueno, y en la vida: te puedes enamorar mientras se desmorona, de hecho es recomendable. Así que bailemos hasta que nos echen de la pista, por si nos echan.