Clara. Dios ni manda ni mandó nunca. Lo curioso es que manda cuando alguien le conviene. Es obvio que si manda lo hace muy mal.
Para el creyente las cosas que salen bien son gracia a Dios, y las que salen mal culpa de otros. Dios siempre gana.
Para el creyente las cosas que salen bien son gracia a Dios, y las que salen mal culpa de otros. Dios siempre gana.