Aquellos años, aquel campo, aquel río, aquella aroma...

Aquellos años, aquel campo, aquel río, aquella aroma de los huertos, el rumor de los árboles, el rizo de el viento en los trigales... y ella: ella flor enamorada y covencisima aquella tarde que ya se acababa; hasta las sombras que trepaban por las laderas, eran todo ternura.
En el silbo del viento, nacería aquel beso primero. Mientras cantaban las aguas del río entre las piedras, los labios se unían en besos sucesivos. En la colina, un pastor arreaba a sus ovejas.
Y estalló la tormenta, truenos y presurosos a la vieja cabaña, allí ella dulce y tierna, interminablemente acariciadora, interminablemente bella. Empapada de lluvia. Empapada de deseo,, empapada de lluvia, la prestaría mi abrigo y el de mi deseo muy vivo. como una llama, como un fuego, que alunbraban sus manos rebeldes, sus manos tentadoras.
Era ya mujer, casi una niña aquel día en que busque la rosa mas escondida, y mientras descubría tanta hermosura, en aquel fuego, y mientras se alejaba la tormenta, acariciando de mi agonía su agonías... y mientras besaba unas lagrimas rebeldes de sus mejillas, apenas nos dimos cuenta de que nacían las primeras estrellas.
libertad.