Aquella pequeña Maruja, casada en Villablino, fue mi madre. Ella falleció hoy hace justamente, "Canales-La Magdalena" Un solo pueblo

Aquella pequeña Maruja, casada en Villablino, fue mi madre. Ella falleció hoy hace justamente dos meses. Habría disfrutado mucho de este momento.

Mi tío Lisardo escribió este libro para sus hijos y también para sus sobrinos. Lo escribió para que no olvidemos que somos de aquí, que aunque andemos desparramados por el mundo adelante, tenemos raíces en Omaña y pertenecemos a Omaña lo mismo que los abedules de Montrondo, como los Llaos de Peña Cefera, como los corzos de La Lomba, como los santos diminutos de Guisetecha, como los campos dorados de Riello, como las estrellas y las pulmonías de Andarraso, como los obispos y los jabalíes de Soto y Amío y de Los Altos, como los caminos infinitos de Valdesamario, como los arroyos que escurren de todos estos montes y terminan de juntarse en La Garandilla para ir a fertilizar la meseta, y mucho más allá de la meseta, con la mejor agua del mundo. (Y esto de la mejor agua del mundo lo digo en sentido literal y también alegórico).

Foto: Omañés del año 2012