Pues ganamos anamaria y sin esas marrullerías, tan...

HEROES

Cuento original de Nieves E. Moran de Olenka

Soy un buen ejemplar de perro bravo. Mi madre, dicen, era una labradora y mi padre, un ovejero alemán. No estoy muy seguro de que sea asi, pero es lo que he oído decir a mi jefe. “Chavo” es mi nombre y soy sargento bombero, para servir a usted.
Aquí, todos me quieren, esta es mi casa y soy el único que tiene acceso directo a la oficina del jefe del cuartel. “No sé qué haríamos sin tu compañía” – me dicen a menudo. Me siento importante y se alienta mi vocación de servicio. En horas tranquilas cuando no hay fuegos que apagar, ni rescatar personas encerradas en ascensores o ayudar a alguien a bajar largas escaleras desde pisos incontables, aprovecho para echarme un sueñito. Soy joven aún, pero esta es una tarea exigente y es preciso descansar para actuar como corresponde.
No bien se oye el llamado me pongo en funciones. Mi tarea consiste en acompañar a los bomberos a vestirse, verlos alistarse y subirse a la autobomba en escasos minutos. Cuando “la colorada” gana la calle, yo vuelvo al trotecito a mi lugar en la oficina del jefe a esperar su regreso.
Una mañana, apenas comenzado el turno, hubo una llamada pidiendo auxilio. Mis hombres salieron prestos, como siempre. Había un incendio de grandes proporciones en el sur de la ciudad. Hubiera querido acompañarlos esa mañana, aunque nunca lo había hecho antes, pero se me ocurrió pensar que mi nariz hábil para el olfato, podía ser de utilidad en esa emergencia.
Al filo del mediodía regresaron. En la autobomba había varios asientos vacíos. Cuando bajaron y pasaban a mi lado, algunos me acariciaban la cabeza, otros decían mi nombre, otros no me veían porque tenían los ojos empañados. – ¿Qué pasó? –quería preguntarles. Ellos se abrazaban y esos hombres duros, diligentes, lloraban como niños. La pena y la impotencia nos invadió.
Yo, Chavo, sargento del cuartel de bomberos que está en la avenida, bajé mis orejas y lancé mi aullido más desgarrador. Dos hombres que no conocía y siete de mis amigos ya nunca regresarían a casa.
Nota: “Chavo” existe. Es un perro mestizo que acompaña a los bomberos del Cuartel VI de la PFA, con el grado de sargento.

Hola Yoli, guapo perrín, ya contacté con Coral y mañana nos veremos en el pueblo... Este puttttttt....... móvil que se apaga sin enterarme, hace tililí, tililín de vez en cuando y no guarda ni mensajes ni llamadas perdidas, como lo antiguo no hay nada, cuánto te echo de menos amigo mio ¡
Nieves Elena se ha pirado a Pinamar, a la playita unos días, y envió recuerdos para todas; no la he pedido permiso para compartir el cuento pero imagino nos lo de o haya dado. Un abrazo para ella, se merece el descanso, a ver si cuando vuelva trae algún cuento nuevo.
PD.- Nos ha tocado el reintegro de la primi... Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Pues con tanto lio ni lo he mirado, ¡nos ha tocado el reintegro? pues guay, ya tenemos para otra oportunidad.
Jose Mari bien, esta mañana estuve a verle y ya se va recuperando, aún le duele en dedo chico y la mano pero la inflamación de la nariz ya bajó bastante, ahora tiene el finde para recuperarse del todo

Me alegro que vaya mejor José Mari, así que como se dice PA-LANTE-COMO-LOS DE ALICANTE, y un día más a vivir que no es poco.
Podías echar una primi para mañana, pero con alguna apuesta más que como sigamos a euro nos llega hasta las Navidades próximas; mañana hay un bote de 71.000.000,00 millones de leuros, creo lo he escrito bien, con esto de la moneda nueva uno se pierde.
Upa Atlético, mañana jugamos con el Valladolid.... no se, no se, estos pucelanos se crecen ante la adversidad.

Pues ganamos anamaria y sin esas marrullerías, tan usadas en algunos equipos millonarios, que nunca mejor dicho, ganan el dinero a patadas.
Un abrazo.