Yo tuve uno. Un gran perro. Obediente. Cariñoso. Entendía todo lo que le decía. Un ejemplo (no cito el nombre de mi perro, murió va a hacer dos años... lloré), le decía:... agua, bebe agua. Iba como un corderito a beber agua. Habitaba en nuestra casa, él tenía una caseta hecha por mí, pues bien, cunado le decía... a casa, iba a la casa, pero si estaba enfadado (yo) le decía:... ¡A TU CASA... sabía ir a su caseta. Distinguía el... A CASA, de... A "TU" CASA. En fin, nunca más volveré a tener un perro... Lloré mucho, hacía años que no lloraba y ya ves, lloré por un perro. Es la vida.
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