Alfonso, que ha optado por el celibato, piensa utilizar a su hermana como instrumento
político para estabilizar alianzas por medio del matrimonio, posiblemente con
Francia. Por eso la relación de su hermana le supone tal contratiempo que reacciona violentamente encerrándolos de por vida. Al conde le saca los ojos y lo encarcela en el inexpugnable castillo de
Luna, en
León (tras apresarlo en una encerrona) y doña Ximena a un convento, a pesar de que sí estaban casados, pues habían contraído matrimonio
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