La Plaza del Grano fue un lugar de
juego para mí. Salíamos de la
escuela que estaba a unos 500 metros del lugar y nos íbamos a
jugar a la plaza. La plaza estaba adoquinada, con piedras casi uniformes todas ellas. Me parece que había una fuente. Ya no me acuerdo, pero sí que entre los soportales, la iglesia y la plaza jugábamos a lo que fuera, después cogíamos la cartera y para casa. Bueno, eso lo hacíamos en
primavera y otoño en que los días tenían más luz solar.
Un saludo.