Más aún, solemos usar una expresión que no está del...

Más aún, solemos usar una expresión que no está del todo conforme con lo que creemos, pero es una forma de uso humano ordinario: „Si haces el mal, si pecas, Dios te castiga“, „si cometes pecado grave Dios te condena“. En realidad no es eso lo que creemos, sino una foma de habla que es directa. Quien se condena es sólo la persona que comete el mal, que odia en su corazón, etc. Dios ofrece su perdón constantemente. Pero si uno rechaza a Dios, Éste no le forzará a salvarse. Dios respeta nuestra libertad. Esta es la doctrina tradicional de la Iglesia. El infierno es la ausencia de Dios, que es la fuente del bien y de la felicidad. Cuando Jesús nos habla del infierno lo compara con muchas cosas „terribles“, ninguna de las cuales es suficiente para explicarlo plenamente porque no podemos comprender lo que pertenece a otra condición de la existencia. Dice Jesús que el infierno es „fuego“, „tinieblas exteriores“, „gusano que no muere“... Lo que más solemos emplear es la comparación con el fuego. Hoy podríamos compararlo con una depresión (que entonces eran desconcidas). Porque el infierno no es un lugar, como se ha dicho claramente, sino un estado del alma, el fracaso esencial de una vida.

Hay un párrafo muy expresivo en tu escrito, que bien puede hacerte pensar. Dices: <Siempre me ha sorprendido que cabezas llenas de cultura y sapiencia, ….. puedan creer>. ¿No te hace pensar más bien que estas personas de tanto nivel intelectual entienden el valor y el alcance de la fe? El agnóstico Ortega y Gasset no soportaba que se hablara despectivamente de la fe, porque consideraba algo muy serio, aunque él no la tuviera. Es muy aleccionador el conocimiento de las biografías de convertidos (entre los muchos libros que existen te recomiendo uno que te gustará “Nube de testigos”, ed. PPC). Ciertamente, si creemos que la vida del más allá pertenece a los niveles y parámetro de la que conocemos aquí, yo soy el primero que me declaro no creyente. Pero piensa que son muchos los que dan la vida en el martirio por el Dios en quien creen. Según eso, no es pensable una vida después de la muerte prescindiendo de Dios, pues se sale de los parámetros de la naturaleza y entra en los de lo sobrenatural. No todas las religiones tienen esta creencia. El Islam piensa que en la otra vida les espera un buen harén de guapas doncellas.
Cuando hablas de otros puntos „que nos han enseñado“ y citas una serie de cosas, como el infierno, Adán y Eva, etc. Yo te diría ¿has tenido formación religiosa con explicaciones para adultos o sólo las que se ofrecen a los niños, cuyo lenguaje poético, antropomórfico y simbólico se acomoda mejor a la mentalidad infantil y popular, como se acomoda mejor a los niños la literatura donde los animales hablan y expresan sus sentimientos ‚humanos‘, etc. El lenguaje religioso siempre debe tener conceptos simbólicos, porque habla de realidades trascendentes, no comparables con las imágenes sensibles de nuestros sentidos. Pero la formación no puede estancarse en unas catequesis de niños de 1ª comunión, como tampoco el adulto viste de marinerito, ni al novio le regalan un caballito de cartón.
Perdona la extensión. Quise ser más breve, pero no he tenido tiempo para elaborar una síntesis. Mi tiempo se ha pasado en exceso, pero si te sirve lo doy por bien empleado. Que no siente precedente. Si no te sirve, tranquilo. Al menos he intentado llegar a ti con esta respuesta. Seguro que habrá muchos fallos mecanográficos y despistes redaccionales. Discúlpalos.