Soy la Conciencia Crística que ha estado siempre contigo......

Soy la Conciencia Crística que ha estado siempre contigo... Antes de que nacieras yo ya estaba aquí... Antes de que el mundo existiera... yo existía. Soy el espíritu de Dios que mora en el corazón de cada átomo...
Estoy siempre atento a tus pensamientos... aunque no me veas. Doy mi amor incondicional a cada parte de tu ser.
Oí la llamada de tu alma... El día en que naciste yo también nací contigo... destinado desde la eternidad a ser el rey y gobernante de
todos tus pensamientos... Mi nacimiento ocurrió en una humilde y silenciosa parte de tu mente. Sólo tus puros y simples pensamientos
infantiles supieron de mi llegada... e incluso ellos tuvieron que ser despertados de su sueño por los ángeles de tu latente Conciencia de Dios... A medida que creciste comenzaste a llamarme con todo tu corazón.
Oí la llamada de tu alma y salí de las nubes de tus deseos y distracciones... Yo... el Cristo que está dentro de tí... busqué esas actitudes que estaban preparadas para ser mis discípulas y las llamé..."Seguidme"... te dije...
Impaciente con el lento sendero del amor... algunas de tus partes me hicieron caso... Era tu devoción... nacida de vidas de meditación en mí... a las que yo llamé "Juan"... Y a la fe profunda e intuitiva... le llamé "Pedro"... Pero incluso entre las partes espirituales de tu mente... no todos sus aspectos estaba totalmente desarrollados... Tenías tu "Tomás"... ansioso por creer... pero obsesionado por la duda persistente.
Y estaba el deseo de utilizar mi poder espiritual para dominar a tus
demás pensamientos infantiles... quisieran o no... Algunos años más tarde este "Judas" impaciente con el lento sendero del amor... me traicionaría y obedecerías a las fuerzas del ego y los deseos mundanos que todavía dominaban tu mente.
¡Cuánta alegría compartimos!...
Al principio mis discípulos-deseos recién despertados... estaban llenos de fresco entusiasmo. Experimentabas intensa devoción al devolverme la más mínima parte del amor que yo siempre te dí.
Qué libertad sentías cuando dejabas los estrechos límites de tu casa y las redes de tus preocupaciones triviales... Lo único que deseabas era caminar conmigo y servir conmigo... qué alegría compartimos!.
Siguiendo la voluntad del Padre... Yo... la Conciencia Crística que está dentro de tí... comencé a revelarme más y a cambiarte mediante milagros... En el transcurso de una celebración transformé el agua de los pensamientos cotidianos en el vino del éxtasis...
Tus pensamientos infantiles comenzaron a hacer caso a quienes siempre traen un buen milagro... comenzaron los primeros pasos hacia el Espíritu... La Luz... que es mi auténtica naturaleza... comenzó a curar las partes de tu mente que estaban enfermas y sin desarrollar.
Los talentos latentes... paralizados por el miedo... vinieron a mí y les ayudé a caminar... Te hice ver allí donde eras ciego a las necesidades de los demás y a las bellezas de Dios... Y... donde habías sido sordo... te dejé oír risas y canciones.
Te enseñé con la más simple de las verdades: "Benditos son los pobres de espíritu... pues suyo es el reino de los cielos... Benditos son los puros de corazón... pues ellos verán a Dios"... Y te enseñé que no hay necesidad de sobrecargar los sentidos con banquetes y entretenimientos sin fin... Un puñado de panes y peces puede satisfacer multitud de deseos en tanto y cuanto permanezcas cerca de la Conciencia Crística...
Anhelaba darte mi auténtico tesoro... Atraídos por los milagros comenzaron a acudir miles de tus ciudadanos pensamientos...
La mayoría de ellos implorando todavía mis regalos... riqueza... salud... poder... Se los dí... pero yo ansiaba entregar mi verdadero
tesoro... el amor infinito... la alegría sin fin... Deseaba hacerte UNO conmigo y con mi Padre... ¡Ay!... Sólo una pequeña parte de tí estaba lista para la Autorrealización y así... de un océano de gloria... medí las pocas gotas que en tu minúscula copa podías contener.
A medida que yo crecí destacándome, las arraigadas normas de
tu conciencia de ego se llenaron de temor... Los viejos y limitados deseos de poder y posesiones me ocultaron... Ellos... que habían gobernado los oscuros corredores de tu mente... comenzaron ahora a maquinar la forma de deshacerse de mi reveladora Luz.
El gran conflicto del devoto... las autodestructivas tendencias a la culpabilidad y el fariseísmo estuvieron siempre dispuestas a condenar las pequeñas partes de tí que caían, por un momento, en el error. Con amor y compasión, yo decía a tus pensamientos hallados en falta: "Aquél de vosotros que esté libre de pecado que arroje la primera piedra"... Y a las pequeñas faltas que no podías evitar hacer les decía: "No te condeno... vete y no peques más".
Mientras YO... tu luz eterna... continuaba curando y enseñando en tu
interior... surgió el gran conflicto del devoto... Una parte de tí me amaba y añoraba ser una conmigo... Pero otra parte de tí tenía un miedo mortal a dejar sus viejos hábitos. La mayor parte de tu mente sencillamente no se comprometía... feliz un día de aclamarme y cubrir mi camino con palmas... otras dispuesta a insultarme y escupirme apenas una semana después...
A mis discípulos les prometí que nunca les dejaría... no podría dejarles... ya que son una parte Mía... Son Mi Eterno y Unico YO.