Te sigo diciendo, mi confuso amigo, que las imposturas...

Te sigo diciendo, mi confuso amigo, que las imposturas de los enemigos de Pablo, han creado la falsa contrafigura del Apóstol de los gentiles, que tú aireas con la misma condenable intención.
Yo no soy un ferviente adepto de Saulo, puesto que mi único Maestro es Jesús el Cristo, del que fui y soy discípulo. Procura leer detenidamente los escritos que te mando y no hagas como el vicioso del chiste, que no presta atención al que le están contando, sino que, mientras, él piensa en el que va a contar a continuación. Intenta comprender el sentido de lo que te digo y no consumas tu afán en pensar lo que me vas a responder para llevar tu gatito al agua. No consideres tanto el espíritu de la letra y presta más atención a la letra del espíritu.