(Se para le mira a los ojos y continúa hablando sin...

(Se para le mira a los ojos y continúa hablando sin darle tiempo a que le conteste)

CRESPO:

-Bien pienso que bastará,
señor, para abono de esto,
el ser rico, y no haber quien
me murmure ser modesto,
y no haber quien me baldone;
y mayormente, viviendo
en un lugar corto, donde
otra falta no tenemos
más que saber unos de otros
las faltas y los defectos,
y ¡plugiera a Dios señor
que se quedara en saberlos!
si es muy hermosa mi hija,
díganlo vuestros extremos...
Aunque pudiera al decirlo,
con mayores sentimientos
llorarlo porque esto fue
mi desdicha.-No apuremos
toda la ponzoña al vaso;
quédese algo al sufrimiento.-
No hemos de dejar, señor,
salirse con todo al tiempo
algo hemos de hacer nosotros
para encubrir sus defectos.
Este ya veis si es bien grande,
pues aunque encubrirle quiero,
no puedo; que sabe Dios
que a poder estar secreto
y sepultado en sí mismo,
no viniera a lo que vengo;
que todo esto remitiera,
por no hablar a sufrimiento.

Deseando, pues, remediar
agravio tan manifiesto,
buscar remedio a mi afrenta
es venganza, no es remedio;
y vagando de uno en otro,
uno solamente advierto
que a mi me está bien, y a vos
no mal; y es que desde luego
os toméis toda mi hacienda,
sin que para mi sustento
ni el de mi hijo (a quien yo
traeré a echar a los pies vuestros)
reservé un maravedí,
sino quedarnos pidiendo
limosna, cuando no haya
otro camino, otro medio
con que poder sustentarnos.