Llegó un momento en que se arrodilló para suplicar...

Llegó un momento en que se arrodilló para suplicar pero de nuevo se levanta y prosigue Pedro Crespo.

CRESPO:

-Mirad que quiero entendáis
por las buenas la falta
y la remedieis en forma
para todos, conveniente.

No ha de llegar esto
a pasar el tribunal
pues, de tu a tu podemos
nuestro mal reconciliar.

Os ofrezco que desposéis
a quien tanto arrebato
os causó, y la tomastéis
de forma desleal y por la fuerza.
En vuestra mano está
remediar vuestra ofensa
y a deciros hijo me resigno.

CAPITÁN:

- No sé cuánta paciencia
he tenido en escuchar
tal retaíla de sandeces
y podéis agradecer al cielo
que no os arrebate la vida,
viejo, cansino y prolijo.
Podemos batirnos en duelo
y a decir verdad no os temo
que vos sois villano y yo
me tengo por estamento alto.
De justicia, vos no podéis
a mi persona prenderla pues
tengo jurisdicción privilegiada
que a los juzgados de pueblo
llano y villano no alcanza.

CRESPO:

- ¿No os conmueve mi dolor
de hombre que perdió el honor?

CAPITÁN:

- No me tengáis la ofensa
que nunca solicité, nadie
vio lo que vos queréis probar
y yo no falté jamás a tal.

CRESPO:

-He de remediar mi mal.

CAPITÁN:

-Que mas queréis si la vida
os la he perdonado villano.